
ISSN: 2718-6121
Debates actuales en la universidad pública: enseñanza, investigación y extensión
La aparición de un nuevo número de Campo Universitario nos encuentra nuevamente en un contexto de profunda incertidumbre para el sistema universitario y científico argentino. La universidad pública atraviesa un momento crítico, no solo por el cuestionamiento discursivo de su legitimidad, sino por el impacto concreto que el desfinanciamiento sostenido tiene sobre sus funciones esenciales: enseñar, investigar y producir conocimiento al servicio de la sociedad. Lejos de resolverse, el conflicto con el gobierno nacional se profundiza con el paso del tiempo. La insuficiencia presupuestaria no es una abstracción: se traduce en la cancelación de proyectos de investigación, en la paralización de líneas de trabajo consolidadas y en la interrupción de trayectorias académicas y científicas que requieren continuidad para desplegarse. A ello se suma una escalada de violencia simbólica hacia la comunidad universitaria que, por su intensidad y persistencia, desafía incluso los registros históricos de otras etapas críticas ya atravesadas. Sin embargo, y aun en este escenario adverso, la universidad sigue de pie. Lo hace a través del trabajo cotidiano de docentes, investigadores, estudiantes y nodocentes que sostienen, muchas veces en silencio, las tareas de enseñanza, investigación y extensión. Persistir en la formación de profesionales críticos, en la producción de conocimiento riguroso y en la transmisión de saberes es, hoy, una forma concreta de defender la universidad pública.
Los artículos que integran este número reflejan diversas aristas del quehacer universitario y dan cuenta del compromiso sostenido con la producción de conocimiento, la reflexión crítica y la intervención sobre problemas relevantes de nuestra realidad. Son expresión del trabajo de quienes siguen creyendo en la universidad pública como espacio de construcción colectiva. Desde una investigación que indaga el impacto del congelamiento presupuestario sobre el estado de ánimo y el bienestar emocional de los docentes universitarios —poniendo en evidencia niveles preocupantes de desgaste, desvalorización institucional y afectación subjetiva— hasta un aporte teórico-metodológico que propone una nueva forma de abordar la renta urbana en la ciudad de Buenos Aires para comprender procesos de gentrificación y desigualdad territorial, los artículos dialogan directamente con tensiones estructurales de nuestra realidad social. En el campo de la educación superior, se presentan asimismo trabajos que reflexionan sobre las transformaciones de la enseñanza y el aprendizaje en contextos atravesados por tecnologías digitales. Una revisión de alcance sobre recursos digitales para la enseñanza de la física da cuenta del crecimiento de herramientas multimodales, pero advierte sobre la necesidad de marcos pedagógicos intencionados y de políticas de formación docente que eviten que la innovación tecnológica profundice desigualdades. En una línea complementaria, una experiencia pedagógica que articula matemática y arquitectura muestra el potencial del trabajo interdisciplinario y del uso de software específico para promover aprendizajes significativos vinculados con la futura práctica profesional. Finalmente, un trabajo centrado en la extensión universitaria recupera experiencias concretas de articulación entre cátedras, grupos de investigación, universidades y el sector productivo, reafirmando el valor estratégico de la extensión como función sustantiva de la universidad. Estas experiencias evidencian cómo la docencia, la investigación y la extensión pueden integrarse en prácticas formativas que generan impacto social, fortalecen los vínculos con el territorio y enriquecen la formación de los y las estudiantes. Todos estos trabajos dialogan entre sí y con el contexto en el que se producen. Dan cuenta de una universidad que investiga las condiciones en las que trabaja, que problematiza las transformaciones sociales y económicas, que reflexiona críticamente sobre sus prácticas de enseñanza y que sostiene la extensión como una función sustantiva, capaz de articular saber académico y necesidades sociales. En todos los casos, se pone de manifiesto una misma convicción: la producción de conocimiento tiene sentido cuando se inscribe en proyectos colectivos y cuando asume su responsabilidad social.
Lejos de la idea de una universidad inmóvil o paralizada, este número muestra una comunidad académica que sigue trabajando, produciendo y pensando, aún en condiciones adversas. No como gesto excepcional, sino como parte de una tarea que se asume colectiva y sostenida en el tiempo. Campo Universitario vuelve a salir, una vez más, como expresión de esa continuidad y como afirmación de que la universidad pública sigue adelante.
Dra. Jimena Salgueiro